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Roberto Ibáñez, después del melanoma: «Para mi el cáncer es una sentencia de vida, no de muerte»

  • Luego de ser diagnósticado con la enfermedad, Roberto comenzó un cambio en su vida para lograr sanarse y comenzó a explorar el camino de la alimentación alcalina. Luego de superar el cáncer, escribió el libro «¡Mierda! tengo cáncer, ¿qué hago?» donde cuenta su historia.

Por Francisca Orellana

“Me hubiese encantado publicar este libro inmediatamente después de enfermarme. El año 2011, con 27 años de edad,  fui diagnosticado de un cáncer mortal, un melanoma maligno. Muy pronto recibí un montón de ayuda que, estoy seguro, muchos no reciben, y quise entonces compartirla”, dice Roberto Ibáñez en el prólogo de su libro «¡Mierda! tengo cáncer, ¿qué hago? (Memoria Creativa)

En el libro cuenta su historia con la enfermedad, las maneras para sobrellevarla, y además entrevistó a más de 90 personas, familiares, amigos y especialistas de cáncer para entregar más de 550 tips de ayuda.

«Cuando ves a la muerte de frente y luego se te da otra oportunidad, te quedas con las preguntas, ¿y ahora qué? ¿para qué me pasó esto? ¿Qué voy a hacer para evitar estar nuevamente en esa situación? y si me llego a morir, ¿qué voy a dejar en esta vida que sea trascendente? ¿qué voy a dejar como contribución a la humanidad?. Creo que el cáncer tiene esa cualidad, te da tiempo. Si te atropella un auto y mueres, ahí quedaste. Pero si te diagnostican con cáncer, puedes decidir despertarte cada mañana y agradecer el regalo de la vida, agradecer estar junto a quienes más quieres, hacer cosas chicas día a día que te hagan más feliz a ti y a quienes te rodean. Para mi el cáncer es una sentencia de vida, no de muerte», cuenta Roberto a MásLiviano.cl. 

En su libro, le dio un espacio especial a la alimentación consciente, donde cuenta sobre cómo una alimentación saludable, principalmente basada en una dieta alcalina, la cual se preocupa de saber el PH de los alimentos, le ha ayudado a llevar una vida mejor, puesto que había comidas que lo inflamaban, como los lácteos, el tomate, el azúcar, entre otros.

«No sabemos que el cáncer, para que ocurra, necesita de un entorno ácido, es decir, un PH bajo, lo que significa una química que favorece la proliferación de la enfermedad», detalla en su libro, donde señala que comía muy poca frutas y verduras, que son los alimentos alcalinos por excelencia. «Los azúcares, los almidones, las carnes rojas, algunos pescados de gran tamaño como el atún y los lácteos, son ácidos», afirma.

Lo que más le costó dejar fueron los que contenían lácteos, «y que por naturaleza eran muy sabrosos: Chocolates, postres, helados, tortas, puré, sopas, etc. También los que contenían harina. Estos si que están en todos lados, uno ni siquiera se da cuenta, pero si lees las etiquetas, la harina esta en todos lados. También la azúcar, las carnes rojas». 

Sin embargo, cuenta que hoy estos alimentos ya ni siquiera le llaman la atención. «Es increíble como el cuerpo se acostumbra. Si dejas de comer azúcar por un buen tiempo y luego te comes algo muy azucarado, simplemente lo rechazas. Lo mismo pasa con la leche. Hoy me doy cuenta inmediatamente cuando un alimento tiene leche, siento que el sabor que tiene no es real, sino que esta encubierto por ella».

-¿Cómo lo haces para no salirte de ella? O ya estás 100% acostumbrado?
La verdad es que ahora estoy 100% acostumbrado y a lo largo de los años he aprendido a seleccionar ciertos platos en restaurantes que sé que los cocinan de manera que se alinean a mi dieta. Al comienzo era muy difícil y mi técnica era muy simple. Me acercaba al mozo y le decía: “Te voy a pedir que me ayudes con mi pedido, lo que pasa es que tengo cáncer y mi alimentación es parte crucial de mi sanación”. Al pronunciar la palabra cáncer, se alineaban inmediatamente conmigo e incluso le iban a decir al Chef. No hay que tener vergüenza de usar esa carta, es muy válida y en muchos casos necesaria.

– ¿Hay algo difícil?

Lo difícil es viajar. Con mi señora hemos aprendido que los más práctico es arrendar un departamento donde sea que viajemos. De esta manera, podemos ir al supermercado y comprar las cosas que nos gustan y nos hacen bien. Con esto nos aseguramos por lo menos tener un desayuno y almuerzo saludable. En las noches casi siempre salimos a comer y cuando no nos entienden, casi siempre terminamos ocupando la carta del cáncer, es muy efectiva.  Para la gente que no tiene cáncer, pero que está tratando de bajar de peso, o tiene otra enfermedad, mi recomendación es comunicárselo al restaurant de manera clara. La mayoría de las veces van a entender.

La parte de los amigos es difícil. Muchos de ellos estaban acostumbrados al Roberto de antes que se tomaba varias piscolas y comía lo que fuere cuando fuese. Con ellos es mejor ponerse rojo una vez que colorado mil veces. Dejarles claro cual es tu nueva parada y exigir que te la respeten. Si no lo hacen, entonces en verdad no son tus amigos.

Libro cancer

-¿Hay algún alimento que ya no te guste?

Las carnes rojas hoy simplemente no las paso. Me meto un pedazo de carne a la boca e inmediatamente lo quiero escupir, a no ser que esté mezclada con cebolla o en una hamburguesa. Aquí en Estados Unidos comemos muy de vez en cuando carne de vaca que come pasto de campos que no contienen antibióticos, pesticidas etc. la única permitida es “Organic Grass Fed” (orgánica y alimentada sólo con pasto).  La comemos con pan sin gluten y nos preocupamos de comerla con abundante vegetales verdes. (palta, lechuga, espinaca, etc). A mi me sigue molestando el sabor de esta, pero dada la alta calidad de su procedencia, entrega ciertas  vitaminas y minerales que se obtienen sólo ahí.

Un mensaje que le daría a los lectores, es que tengan muchísimo ojo con las dietas y libros que andan dando vuelta. La mayoría de ellos no toma en cuenta la procedencia de los alimentos (si son orgánicos o no, si son genéticamente modificados, el país de procedencia, etc). Claro puede que bajes de peso, pero las enfermedades que pueden venir como consecuencia de esas dietas pueden ser peores que estar obeso.

Hay que mirar al cuerpo como un todo, saber la diferencia entre decir  “Voy a hacer una dieta para bajar de peso” o “voy a cambiar la forma en que me alimento para así estar más sano”.

Finalmente saber que cada cuerpo es distinto y que hay ciertas cosas que me hacen bien a mi que puede que no te hagan bien a ti. Por eso yo siempre recomiendo escuchar a tu cuerpo. Si comes algo y luego no te sientes bien, entonces no lo vuelvas a comer. Tu cuerpo esta hablando, lo está rechazando.

– Crees que es importante que la familia también se involucre en este estilo de alimentación para no decaer y cumplirla en un 100%

En un comienzo creo que esto es muy importante. Yo la llamo “la barrera de los tres meses”. Una vez que la pasas y luego comes algo que estaba antes en tu dieta es muy probable que esta ahora ya no te guste. Por lo tanto es importante que la familia también se involucre durante esos 3 primeros meses. Como consecuencia, todos entrarán en una nueva sincronía y mucho de los alimentos que antes consumían, ya no serán comprados. Además el beneficio es para todos. La alimentación no sólo se trata de curar sino que incluso, más importante, de prevenir. Mi libro se centra muchísimo en eso. ¿Por qué esperar a que te pase algo para hacer un cambio, si puedes partir ahora haciéndolo y evitar el dolor que se siente cuando ese algo sucede?

DIETA ALCALINA
– Me comentaron que estabas en Estados Unidos informándote más sobre la alimentación alcalina. ¿Qué cosas nuevas has podido descubrir además de lo que sale en el libro?

He aprendido a cocinar nuevas recetas alcalínas muy ricas como el mousse de chocolate en base a palta, o la importancia del uso del limón para alcalinizar de manera rápida. 

Otra de las cosas que no hacía antes y que ahora lo hacemos todos los días son las “soluciones alcalinas” como las llamamos con mi señora. Estas básicamente son jugos procesados en la licuadora (recomiendo la Vitamix) donde ponemos un buen puñado de sustancias alcalinas (zanahoria, espinaca, jengibre, limón, 1/4 de palta y apio), un poco de agua, las procesamos y para adentro.

 Tenemos que recordar que para mantener un ph balanceado en nuestro cuerpo es necesario comer 4 veces alcalino a 1 ácido. Esto es muy difícil de hacer, imagínate que si te comes 250 gms. de pollo, debes comerte 1 kg de ensalada. La mejor forma de llegar a este equilibrio es tomando estas soluciones varias veces al día.

Otra cosa es RESPIRAR. El dióxido de carbono es ácido y el oxígeno es alcalino. Mientras mejor respires, más alcalino estará tu cuerpo, por eso es importante darse por lo menos 10 minutos al día para respirar profundamente y alcalinizar tu cuerpo. Esto es como un pila alcalina para el resto del día. 

También tomar mucha agua y sin gas. Las cosas más ácidas son las bebidas de fantasía, el gas en ellas y el alcohol. Mientras más agua tomes mejor. Hay ciertas aguas que son más alcalinas que otras. Esto se puede medir con un medidor de ph de piscinas.

También que la osteoporosis es producto de una dieta ácida: Tal como la palabra lo dice “poros en los huesos”. Cuando tenemos una dieta ácida, el cuerpo necesita sacar alcalinidad de alguna parte para mantener el ph balanceado en la sangre necesario para poder sobrevivir. Y la forma en que lo hace es sacando calcio (muy alcalino) desde los huesos y los dientes. Así podemos ver como la dieta alcalina es relevante para prevenir y sanar todo tipo de enfermedades. No sólo el cáncer.

NUEVO PROYECTOS

– ¿Cómo está tu salud ahora?

Mi salud está impecable. Sigo al pie de la letra la dieta alcalina y la regla de oro de descansar las 8 horas diarias. También me doy el tiempo de hacer deportes casi todo los días. Lo llamo el balance de las tres D: Dieta, Descanso y Deportes. Llevo casi 6 años en remisión de una ventana de 11 años. Lo admito, cada vez que me sale algo raro como un ganglio inflamado o un dolor en la zona de mi operación me da miedo, son esos «cancer moments» que vienen de vez en cuando, pero luego me acuerdo que estoy haciendo las cosas bien, que me estoy cuidando y que definitivamente estoy en el 80%.

Estás enfocado en algún nuevo proyectos hoy: estás trabajando en un nuevo libro, investigando más sobre la enfermedad, etc?

Estoy trabajando en una edición especial de 2.000 ejemplares para una clínica en Perú. Eso me tiene muy entusiasmado. También ya tengo el libro traducido al inglés y mi meta es publicarlo en Estados Unidos para mediados de abril, con un tiraje aproximado  para partir de 2.000 ejemplares y publicado por mi mismo. La meta es captar la atención de una editorial y ojalá publicarlo a nivel mundial.

Para el futuro, me gustaría seguir con la saga de “Mierda”, suena mal pero sé que hay gente que vive otras enfermedades como la depresión y necesitan un libro como este que los acompañe. Imagínate “Mierda Tengo depresión, ¿que hago?», a cuanta gente podríamos ayudar. Todos hemos pasado por momentos difíciles en nuestras vidas y en la mayoría de los casos nos quedamos callados cuando, desde mi punto de vista, la salud mental es la primera que debiésemos atender.

Sigo estudiando muchísimo sobre alimentación, mi señora esta estudiando nutrición holística en Estados Unidos. Junto queremos abrir un centro de nutrición cuando regresemos a Chile. Uno que se enfoque en el paciente como un todo, que considere su historia, sus intolerancias, alergias, etc.

Más información del libro en www.mierdatengocancer.cl

 

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