Doctora Antonia León: «El pollo con lechuga es lo peor que han inventado para bajar de peso»

• La especialista en nutrición cuenta a Más Liviano, que la clave para bajar de peso está en comer comida casera y disminuir la cantidad de comida que le echamos al plato. 

Por Francisca Orellana

Hay que decirlo, odiamos las dietas porque son sinónimo de pasar hambre y porque lo asociamos de inmediato al pollo con lechuga, pan con quesillo o comer jalea de postre. ¿Fome no? Pero no hacemos lo principal, que es realmente cambiar nuestros hábitos de comer. ¿Es diferente? Sí, dice la doctora Antonia León, de la clínica Climed (www.climed.cl), quien se ha especializado en analizar cómo se comporta el cerebro cuando comemos y por qué nos pide ciertos alimentos para hacernos felices.

«Para vivir tenemos que comer. El cerebro está diseñado para que queramos comer. Hay una sustancia que secretan los neurotransmisores cuando hacemos ciertos cosas, como comer o cuando tenemos actividad sexual. Por eso es adictivo», afirma.

Y como es adictivo comer, considera que hay que buscar las fórmulas para poder bajar de peso, pero de buena forma y no con las típicas dietas de 1.200 calorías que prohíben prácticamente todo.

«El pollo con lechuga es lo peor que han podido inventar para hacer dieta, es fome, uno queda con hambre y al final no funciona para bajar de peso. Si uno toma todos los estudios internacionales para bajar de peso, como los que hay con las dietas hiper proteicas, hipo calóricas, bypass, manga o balón intragástrico, malla en la lengua-, los que más bajan de peso y los mantienen son los que se operan y se hacen la manga gástrica», señala.

Para la especialista y magister en nutrición, la cirugía funciona mejor porque el tamaño del estómago se reduce, «y lo obligo a que no pueda comer más porque sino se le devuelve. Yo no quiero que mis pacientes coman lechuga con pollo, porque su cerebro y estómago saben que no es lo que necesita para tener saciedad. No hay nada más barato que hacer como que me hubiese operado el estómago y comer menos cantidad pero de comida casera».

Achicar los platos

Qué cambios hay que hacer? De partida, dice que hay achicar los platos y comer lo que cabe en una tasa. «No me paso del volumen. No existe nada más potente para la baja de peso que el manejo de volumen, no pedir ensaladas donde uno siente que no comió, pero sí pedir comida normal, pero aprender a dejar en el plato. Si manejamos el volumen del plato no necesitamos hacer nada más».

¿No al chocolate?

«No hay nada más rico comer chocolate, yo les digo a los pacientes que lo coman todos los días porque tienen flavonoides que tienen poderes anti cancerígeno, entre otros beneficios. Pero el tema es que no hay que comer cualquiera, hay que buscar los buenos», detalla.

De partida, hay que dejar fuera el chocolate dulce. «Tiene que ser amargo y que tenga no menos de 80% de cacao. Al principio se siente muy amargo y yo no lo podía comer y me lo tragaba con agua. 

El chocolate dulce no es bueno porque tiene mucha azúcar y hay que evitarla. «Se hizo un estudio en ratas en que se les daba a elegir cocaína y azúcar, y ellas prefería esta última porque les generaba mil veces más de dopamina que la cocaína, que es la hormona que te causa la felicidad. Es una droga lícita, barata y creemos que es beneficiosa. El problema es que el cerebro se acostumbra ya cada vez necesita más para ser feliz», advierte.

¿Y los chocolates sin azúcar, son buenos?

Les pido a los pacientes que no lo coman porque los que venden hoy les ponen endulzantes y esa mezcla la hacen colocando solo un 50% de cacao, y el resto es manteca. Por eso mientras más cacao, es mejor. Prefiero darle prioridad entre uno que tiene 90% de cacao en vez de 50%, y lo más difícil, es que el endulzante sí engordan. Hoy sabemos que sí impacta en el peso, no por las calorías, sino por el mecanismo cerebral por cómo actúan. Son todos igual de malos. 

Hay muchos tipos de chocolates, ¿Entre un Trencito y un chocolate sin azúcar, cuál recomiendas elegir?

Diría que comas el que más aguantes en cacao, no preocuparnos en el azúcar. Uno tolera bien hasta el 70% de cacao, ya con eso estamos súper bien. 

¿Si me quiero desintoxicar del azúcar, qué hacemos? Cómo superamos las ganas?

Lo más inteligente cuando el cerebro me pide azúcar es darle grasa, porque tiene el mismo efecto de la felicidad pero no es adictiva. Puedes comer almendras, nueces, coco, aceite de oliva o chocolate. Hay nutricionistas que aconsejan comerse un huevo duro o pedazo de jamon de pavo, pero yo lo encuentro macabro. Es más amistoso comerse una nuez cuando quieres comerte algo dulce que un huevo.

Yo le llamo cuidarse a cuidar mi cerebro. A mi cerebro le tengo mucho cariño, y uno lo que tiene pensar es qué puedo hacer para preservar mi función cerebral. La gente en general se preocupa el 99% en el tema del peso, pero si te preocupas del cerebro, tienes un impacto en el peso porque hay una regulación directa entre el cerebro y el estómago.