Chavito: «Cuando tus hijos te ven como una persona más sana, sabes que el esfuerzo valió la pena»
- El conductor de radio se hizo la manga gástrica cuando pesaba 110 kilos. Acá nos cuenta su proceso de transformación y los cuidados que tiene con sus hijos.
Por Francisca Orellana
Alejandro Chavez, más conocido como el Chavito, se hizo la manga gástrica hace casi 15 años. Se operó con 110 kilos y llegó a bajar 30 kilos. El trauma de la obesidad sigue presente, por eso, no deja de hacer ejercicio para poder mantenerse saludable.
«Me puse súper disciplinado después de la operación. Hago mucho deporte, corro todos los días, eso no lo he dejado jamás. Si bien lo pasé mal después de la operación, cuando ves que ese pantalón que estaba guardado por años en el closet te empieza a quedar, cuando duermes mejor, cuando tus hijos te ven como una persona más sana, sabes que todo esfuerzo valió mucho la pena y que fue lo mejor que pude haber hecho», comenta a Más Liviano el conductor del programa «Cuéntamelo todo» de radio Pudahuel y asesor en calidad de servicio de Turistik.
¿Siempre fuiste gordo o cuándo empezaste a subir de peso?
Jugué rugby toda mi vida, hacía mucho deporte. Comía mucho pero como entrenaba fuerte no había problema. El tema es que paré a los 25 años porque estaba entrenando y trabajando y no daba más, pero seguí comiendo lo mismo. Desde ahí, mi vida fue dieta todos los años y buscar todas las formas para bajar de peso. Era un martirio que llegará septiembre porque era sinónimo de playa y que tenía que mostrar la guata.
Ningún gordo es feliz, eso no existe. Uno desarrolla una personalidad de gordo también. Ahora, esta personalidad de gordo la sigo teniendo porque me formé así, es muy difícil cambiarlo.
¿Y eso te molestaba?
Es que cuando eres gordo tienes que brillar por otra cosa, tienes que ser simpático, aprender a tocar guitarra, tienes que buscar alternativas para complacer a la gente para que no te molesten por ser gordo. Y siempre estaba el mito de que la pinta es lo de menos, que si estoy gordito estoy sanito. Cuando te molestan por ser gordo, uno lo asume y como que tratas de demostrar que no te afecta, pero por dentro lo pasas super mal. Por fuera generas una careta de que te da lo mismo, pero es falso. Ningún gordo es feliz, eso no existe. Uno desarrolla una personalidad de gordo también. Ahora, esta personalidad de gordo la sigo teniendo porque me formé así, es muy difícil cambiarlo.
¿Y por qué hacerte la manga gástrica y no optar por dietas?
Es que hice mucho. Usé el globo 10 años antes, hice un sistema de enfriamiento, dieta especiales y nada funcionaba. hasta que llegué a Estados Unidos. Soy fanático de los astronautas y con mi señora postulamos al último lanzamiento de la Nasa y quedamos, nos salió súper caro pero íbamos igual.
El día anterior estábamos en Orlando y me vino un dolor fuerte en el pecho, me dio mareo y un dolor en el brazo izquierdo, pensé que era un infarto. Terminé en una clínica que me salió US$ 10 mil la noche. Al final, el doctor me dijo que todo había sido porque estaba gordo, que un músculo me había presionado el pecho pero que tenía los mismos síntomas de un paro cardíaco. La cuestión es que al día siguiente me dio miedo manejar hasta Cabo Cañaveral y no fuimos al lanzamiento de lo que más me gusta en la vida y había sido porque estaba guatón. Al final, al mes de regresar a Ecuador ya me estaba operando.
-¿Fue muy difícil tu proceso post operado?
Fue súper frustrante porque lo único que quería hacer era masticar algo porque me daban puro líquido. Al final, me daban una leche y yo la congelaba para masticarla. Y me puse rabioso, las primeras 3 semanas me separé como 30 veces de mi esposa, pensaba que por qué me había operado y era una estupidez lo que había hecho.
-¿Como hiciste el cambio de swicth?
Ayudó mucho que me haya apoyado mi familia y porque quería estar presente en el matrimonio de mi hija, ver cuando se graduara mi hijo porque un doctor me había dicho que si un papá es obeso, el hijo también, que hay casi un 80% de probabilidades y yo no quería eso.
«Si una persona se opera y la familia es espectadora, no funciona y termina siendo un fracaso. Si alguien se opera y lo apoya, funciona bien».
Cuando te ves distinto, tratas de no embarrarla de nuevo, de no volver a subir. Y me mentalicé en hacer deporte, salir a correr.
-¿Qué alimentos dejaste de lado?
Las frituras, si me dan algo como, pero trato de que no porque me caen mal. No como arroz porque siento como que me va a tapar el estómago, es algo psicológico. Pero lo principal es hacer actividad física. He ido a correr hasta la San Silvestre, y para eso he integrado a la familia. Soy bien hincha pelotas en hacer deporte. Pero una cosa importante es que si una persona se opera y la familia es espectadora, no funciona y termina siendo un fracaso. Si alguien se opera y lo apoya, funciona bien.
– ¿Eres muy estricto con la alimentación de tus hijos?
Somos súper rigurosos con ellos porque viví el trauma de ser gordo, de chico me molestaban y no es fácil. Y no es fácil porque para validarte tienes que hacer cosas que muchas veces no van de acuerdo con tu esencia.
– ¿Les restringes los dulces por ejemplo?
No, pero no pueden comerlos todos los días. No soy extremista, si se les cayó un diente o para los huevitos de pascua comen chocolates, pero no ando arriba de ellos para controlarlo. Y la fruta se la mostramos rica, tiene que estar bien pelada y bien presentada para que les llame la atención.
– Qué consejos le daría a alguien que quiere operarse o está en proceso de bajar de peso?
La manga gástrica es un cambio radical en todo sentido y una opción si las dietas no han funcionado. Pero si no estás dispuesto a ceder en nada mejor no operarse. Si no estás dispuesto a dejar tus 8 piscolas a la semana no te operes, porque le vas a hacer daño a la gente que está a tu lado, la que tienen puesta tus fichas en ti. Y que si no resulta se sienten mal porque no pudieron ayudarte. Al final, se transforma en un círculo vicioso de fracaso y es súper doloroso. Me ha tocado verlo de cerca.
Me gustaria daber el precio real y lugar donde puedo operarme