«Lo pensaría dos veces antes de volver a operarme de manga gástrica»

Me operé sin mucho pensarlo. Roncaba por la noches y tenía problemas para que mi mujer quedara embarazada. Los dos estábamos gordos. Fuimos a un doctor que nos dijo que la solución rápida para bajar de peso era la cirugía bariátrica. No lo pensé mucho ni tampoco pregunté, pero decidí operarme y al poco tiempo me metí a pabellón con 160 kilos.

Me operé sin saber sus consecuencias o procesos. De haberlo sabido no lo habría hecho. Fue difícil cuidarse después de la operación al punto de odiar la etapa de las papillas. Recuerdo incluso que al mes de operado me dieron ganas de comer comida china. Con solo sentir el olor me daba hambre, así es que como sabía que era medio peligroso este tipo de comida recién operado, decidí tomarme el juguito de la carne. Fue lo peor que pude haber hecho, terminé en la clínica gracias al dolor de estómago.

Lo que nadie te explica de la operación es que como dejas de comer, se te va toda la fuerza del cuerpo. Y pierdes toda tu fuerza muscular. Yo, el hombre de la casa, el que era el maestro chasquilla y el que hacía las compras, no tenía ánimo de nada. No me podía el balón de gas ni menos las bolsas de supermercado. También dormía mucho. Si la idea era mejorar mi estado físico para que quedaramos embarazados, no se cumplió porque me andaba quedando dormido solo. Sin ganas ni ánimo para nada.

Lo que nadie te explica de la operación es que como dejas de comer, se te va toda la fuerza del cuerpo. Y pierdes toda tu fuerza muscular

He recuperado muchos de los kilos que perdí. Y aunque finalmente hoy tenemos nuestro hijo, yo lo pensaría dos veces antes de volver a operarme.

Por Nik.