La mayoría de las publicidades para niños promueve la mala alimentación
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. En países como Estados Unidos ya se la considera una pandemia, mientras que en Argentina los índices siguen subiendo de manera acelerada.
Según los últimos estudios de la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la obesidad infantil constituyen una de las preocupaciones más importantes a nivel global: en la actualidad, existen alrededor de 42 millones de niños y niñas con sobrepeso, de los cuales más del 80 por ciento vive en países en desarrollo.
Además, desde la OMS estiman que si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025.
En Argentina, los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) de 2004‐2005 revelaron una prevalencia de obesidad del 10,4% en niños y niñas de 6 meses a 6 años de edad. Además, la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) -realizada en 2007 y 2012 en adolescentes de 13 a 15 años-, mostró que en los últimos cinco años, el sobrepeso aumentó del 24,5 por ciento al 28,6% y la obesidad pasó del 4,4 por ciento al 5,9%.
Los especialistas consideran que los niños con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y eso aumenta las probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y cardiovasculares.
Mercadotecnia, ese enemigo de la salud de los niños
«El sobrepeso y la obesidad infantil están en aumento en nuestro país. La publicidad de alimentos poco saludables y el uso de técnicas persuasivas de marketing contribuyen a un entorno en el que los niños están atacados constantemente por mensajes que promueven el consumo de alimentos contrarios a las recomendaciones nutricionales. Es llamativa la cantidad de publicidades que utilizan recursos tales como las promociones y los personajes animados y famosos», explica Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de Federación InterAmericana del Corazón Argentina (FIC).
Para llegar a esta conclusión, Allemandi se basa en una investigación de la FIC, que se realizó con el objetivo de analizar las publicidades de alimentos que se emiten durante las tandas comerciales de los programas dirigidos a niños y niñas en televisión.
Durante el análisis se tomaron 21.085 publicidades de los cinco canales de televisión abierta y de los tres canales infantiles de cable con mayor audiencia que fueron emitidas durante 6 semanas de los meses de noviembre y diciembre de 2013 y enero de 2014, de 7 am hasta las 10 pm.
Los resultados arrojaron que del total de spots emitidos, los alimentos son la segunda categoría de productos más publicitada (17%), apenas superada por los juguetes (20%).
De las publicidades de alimentos emitidas durante los cortes comerciales de los programas dirigidos a niños y niñas, el 85,3% publicitan alimentos de bajo valor nutricional.
Se trata de productos procesados con grandes cantidades de azúcares, grasas, sodio y con un alto valor calórico
Entre estos «alimentos» se encuentran los postrecitos, bebidas azucaradas, productos de cadenas de comidas rápidas y snacks salados. Por el contrario, las publicidades de alimentos naturales como vegetales, frutas, pescados, legumbres y cereales, todos alimentos que son la base de una alimentación equilibrada, tienen escasa presencia en las tandas.
El análisis también detectó que una de cada cuatro publicidades de alimentos emitidas durante las tandas de los programas infantiles utilizan personajes animados y famosos, y una de cada tres recurren a las promociones, como regalos gratuitos, productos coleccionables, beneficios extras (ej., «comprá uno y llevate 1 gratis»), sorteos, entre otros.
Estas mismas estrategias son significativamente menores en las publicidades que se emiten durante las tandas de los programas dirigidos a la audiencia general, lo cual refleja que los niños, niñas y adolescentes son el target prioritario al que apuntan estas campañas.
«Estas estrategias publicitarias son diseñadas con el objetivo de atraer la atención de los niños y mejorar el reconocimiento del producto. Para ello, apelan al gusto, al sabor y al disfrute del producto y, de esta manera, inciden en las preferencias y los patrones de consumo porque crean actitudes positivas hacia la marca e influyen en las solicitudes de alimentos por parte de los niños», agrega Allemandi.
«Existen numerosas investigaciones que señalan que las estrategias publicitarias que utilizan premios, promociones y personajes aumentan el consumo de alimentos de bajo valor nutricional, y por eso se aconseja restringir su utilización a través de políticas públicas para proteger el derecho a las salud de los niños».
«Además, diversos estudios demuestran que existe una asociación entre la frecuencia de la publicidad de alimentos poco saludables en la televisión y el exceso de peso en los niños y niñas. Esto corrobora la influencia de la publicidad de alimentos no saludables en las elecciones que hacen los niños, los pedidos de compra y sus patrones de consumo».
Para los especialistas, los niños y niñas son un objetivo importante para las empresas de alimentos que utilizan estrategias de marketing para generar conciencia de marca, preferencia y lealtad. Esta población es especialmente vulnerable a la publicidad y no tiene la madurez necesaria para tomar decisiones autónomas respecto a una dieta saludable.
«Los hábitos alimenticios se construyen en los primeros años de vida y suelen persistir hasta la edad adulta. Es por eso que la creación de un entorno saludable desde la niñez es una forma de prevenir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición», finaliza Allemandi.
fuente: http://www.infobae.com
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