Los cinco pasos que ayudan a mejorar la salud bucal y la calidad de vida
Hoy el 70% de los niños chilenos de seis años ha tenido caries. A los 44, esa cifra sube a 98%, y a los 74, a 100%. A la gravedad de estos antecedentes se le suma el componente socioeconómico, ya que la población más rica tiene índices de salud bucal comparables a países desarrollados, mientras que los que habitan en áreas rurales tienen la peor del territorio. Además, los hábitos de niños son difíciles de cambiar de adultos.
Así lo señala Josefina García, directora clínica del programa para colegios de Educación y Prevención Bucal organizado por la marca sueca Tepe y la Clínica Turó. La iniciativa a través de juegos explica a los niños la importancia de la higiene bucal y de la alimentación saludable.
Cómo la prevención es posible, explica que con cinco sencillos pasos que, si se convierten en algo cotidiano, va a dar los resultados esperados:
1– La técnica importa: Hacer una correcta técnica de higiene oral. Sin ésta, cualquier otra acción que se lleve a cabo no tendrá efecto alguno. Primero cepillarse las caras visible de los diente con un cepillo dental extra suave, ya que estos no dañan el esmalte dental ni las encías. Esta acción debe ir acompañada un pasta dental fluorada y repetirse al menos 3 veces al día. Y dos veces durante la jornada. Se complementa con un cepillo interdental y seda dental. “Dado que los dientes tienen 5 caras y que el cepillo sólo alcanza a limpiar el 60% de la superficie, la única manera de hacerlo entre medio es utilizando estos implementos”, asegura
2- Se deben respetar los horarios de las comidas, evitando la ingesta de alimento entre estos períodos de tiempo.
3- Evitar ingesta excesiva de azúcar y alimentos ácidos, ya que desmineralizan y erosionan el esmalte dental.
4- Beber agua constantemente. Este hábito, además de hidratar, neutraliza el PH de la saliva evitando el mal olor. Además realiza un efecto barredor ayudando a la remoción de la placa bacteriana.
5– Dos veces al año ir a un control dental, así se mantiene a raya el riesgo de caries o de desarrollar una enfermedad bucal.