«Me operé exclusivamente por mis hijos»
Yo me operé exclusivamente por mis hijos. Siempre fui malo para hacer dieta, intenté hasta medicina china, pero me gustaba comer y era seco para el McDonald´s. Cuando mi mujer estaba esperando a mi segunda hija, Augusta, llegué a pesar 110 kilos. Ahí me empecé a preocupar por mi futuro y lo que le podría pasarles a ellos si es que yo no estaba, ya que, además, sufría de hipertensión.
No lo pensé mucho y fui a consultar por la manga gástrica. A las pocas semanas me operé. Desde ese momento, nunca más sentí las ganas compulsivas de comer y a los dos días la hipertensión había desaparecido. Pasé por el típico periodo de papillas, que las odie. Ya estaba chato de comer lo mismo todos los días. El primer mes, bajé 20 kilos súper rápido. A los seis meses, mi peso fue de 66 kilos.
Pero mi cambio no fue sólo físico. Extrañamente el sonido de mi risa cambió y mi cuerpo se debilitó heavy. Los primeros meses me costó hacer ejercicios porque me daban calambres. Pero a más de un año de la operación, me ha costado tener una rutina por culpa del trabajo. A veces paso mucho tiempo sin comer o tengo que hacerlo frente al escritorio, o no he hecho todo el deporte que debería por falta de tiempo, y eso que pagué un año de gimnasio.
Hace un tiempo me hice los exámenes de rutina post operación, y me encontraron un nódulo cancerígeno en el riñón. Me lo extirparon, pero si no me hubiera operado, jamas me lo habrían detectado. Era una bomba de tiempo.
Fue una buena decisión, me siento mucho mejor, me sigo juntando a carretes y asados con mis amigos pero como sólo lo necesario, no soporto el olor a fritura ni del McDonald´s, y estoy ayudando a mis hijos a que tengan papá por más tiempo.
Juan Pablo Ocariz, 36 años.
*Te invitamos a seguir leyendo todas las semanas las experiencias de quienes se han hecho la cirugía bariátrica.
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